26 de febrero de 2007

Siempre con un ojo abierto... Bien abierto

Hoy me peleaba una vez más con mi compañero de piso. Era lo que me faltaba para redondear esos dias que llevaba de bajón. Exactamente tres dias que andaba con cara de higo seco. Los mismos dias que hacía que había dejado Madrid. Y encima se me juntaba con mi infección y la mala noche que había pasado por culpa de ella. Y una vez más el puto Murphy tiene razón con sus leyes: "todo sale mal simultáneamente".
Mi pelea con Javi venía derivada por un comentario que hice sobre él hace tiempo a su pareja. Un comentario que provenía sobre una opinión mía, algo que no había contrastado, pero que en su momento simplemente comenté, sin ánimo de ofender a nadie. Mi error fue confiar en su pareja al contárselo.
Y todo lo que ha sucedido en los últimos dias ha hecho que me plantease la siguiente pregunta: ¿cuál es el grado de confianza que hay destinar a una persona?
Algunos contestarían enrevesadamente con la propia pregunta: "-dependiendo del grado de confianza que tengas con esa persona-".... ya... demasiado complicado para mi...
¿Qué hace una persona para que diposites en ella más o menos confianza? Algunos me dirían que el roce toma importancia. De todo es bien sabido que el roce hace el cariño. Y el cariño a su vez otorga un grado de confianza bastante elevado.
Primer error! Dejarse engañar, engañar con eso de que el roce hace el cariño. Lo crea, cierto. Pero solo para confundirnos.
Segundo error! Creer que el cariño es cualidad necesaria para crear confianza. Como dirían mis profesores de matemáticas económicas: "cualidad necesaria pero no suficiente". Segun la Wikipedia, "la confianza se verá más o menos reforzada en función de las acciones". Verdad como un templo. O Verdad de la buena, como está de moda decir ahora...
Las personas, además de venir con un libro de instrucciones, deberían venir con un medidor de confianza. Un cartel luminoso que nos avisara a todos de hasta cuánto podemos confiar en tal persona. Un cartel del tipo que si la luz parpadeante se para en la zona del amarillo, la confianza que puedes depositar en media. Es decir: siempre con un ojo abierto. Bien abierto.
Si la luz se detuviese en la zona del rojo eso querría decir que la persona no es de fiar. O en su defecto, que como confiemos nos dará la gran patada.
Y si la luz se detuviera en la zona del verde.... .... .... naaaaaaah!!! eso es imposible. No existe la confianza al 100%.... o si? Igualmente, exisitiera o no finalmente esa zona verde, la luz siempre andaría iluminada en la zona del rojo...
Matizo: cuando hablo de confiar en alguien no me refiero solo al hecho de depositar un secreto en una persona y de saber que ésta lo guardará. Me refiero a saber que esa persona no te pegará la gran patada tarde o trempano.
Mi padre siempre me culpaba de confiar demasiado en las personas. De apoyarme en ellas cuando estaba mal y no saber tirar de mi misma. "- Un día verás que todos los que dicen ser ahora amigos tuyos dentro de unos años no quedará ninguno de ellos-". Y tenía razón. Los padres, por desgracia U_U, tarde o temprano acaban teniendo razón. Mi error, una vez más, fue confiar más en los que hacían llamarse "mis amigos" por aquel entonces, que en mis propios padres, o mejor dicho: que en mi misma. Pero no sé si es porque el ser humano es el único animal que tropieza más de ¿una vez? en la misma piedra, porque somos masocas, o porque tenemos esa necesidad imperiosa de depositar nuestra confianza en las personas, que NUNCA aprendemos. Al menos yo no. He de reconocer que nunca he perdido la esperanza de encontrar alguien que valga la pena; encontrar a alguien en quien poder confiar al 100%, para todo. Y bueno, parece que esta vez la he encontrado :) O eso espero, porque mi paciencia empieza a agotarse. Estoy hasta las narices de confiar en las personas y de pegarme la gran ostia, o más bien de que me la peguen.
Y advierto!! como las cosas sigan así, me planto un bazooka al hombro y que le den por culo a todo dios. Que empiezo a estar hasta los cojones de la peña.

3 comentarios:

Yurema dijo...

Nunca sabes cuánta confianza darle a una persona, o cuánta confianza cojer tu hasta que uno de los dos se pega la ostia.
Yo no suelo cojer demasiada confianza con nadie, aunque conozca a una persona de hace años y años prefiero mantener siempre una distancia, es como un perímetro de seguridad. Aunque después ciertas personas, al darle la mano, te cojen todo el brazo y la cagan.

Anónimo dijo...

La confianza es algo relativo, que cada cual entiende a su manera. Hay distintos grados de confianza y confianzas distintas que dar a los demas. Has de ir con pies de plomo siempre o casi siempre, xq es facil caer en el error d entregar demasiada y q tanta se vuelva en tu contra, o q des poca a alguien en quien de verdad puedas confiar y las multiples incognitas te estropeen la relacion x escasez de confianza. Joder q lio o t pasas o no llegas o la cagas. No esperes nada de nadie ni esperes q nadie espere de ti, humanos imperfectos eso somos.

Itsaso dijo...

La confianza es algo demasiado valioso para ir regalando asi sin mas. Cuando te traicionan un par de veces, creo q empiezas a conocer a la gente, a tener ese radar del q hablas.

Musus guapa!!
Agur